Las Hijas de María Auxiliadora llegaron a España por petición repetida de Doña Dorotea de Chopitea, mujer pionera en su tiempo en el compromiso social, y por deseo de San Juan Bosco, quien habiendo visitado “Los Talleres Salesianos” de Sarriá en 1886 e inspirado por María Auxiliadora anunció que las hermanas irían a fundar allí muy pronto a pesar de las dificultades. Y así, en octubre de 1886, llegaron a Barcelona las cuatro primeras salesianas. Se convertiría en pocas décadas, gracias a la actividad incansable de las hermanas, en centro de irradiación de las obras del Instituto en toda la Península.