“Después de 9 meses, me sacaron a este mundo en el que hay que respirar de repente, yo que flotaba allí tranquilamente”. Nos comentaba Demetrio Aldeguer textualmente mientras nos invitaba a viajar en el tiempo, con sus cuentos.
Desde que El niño nace presenta un sonido muy interiorizado, como es el ritmo del corazón de su madre ya que lo ha estado escuchando durante nueve meses. Por lo que es conveniente utilizar ese ritmo en la narración de los cuentos, esto les resultará familiar y sencillo de entender.
Lo primero que debemos hacer, es enseñarle canciones de reconocimiento facial y corporal, como por ejemplo: esta boca besará, esta barba barbará…
Debemos saber que narrar un cuento es un acto de distracción para los niños, y que es un espectáculo único e irrepetible, es decir en una única fecha (hora y día), con unos espectadores diferentes y un entorno distinto.
Lo primero que debemos hacer al coger un libro es olerlo y manipularlo como es debido porque como sabemos tenemos la visión completa de los niños y por tanto luego imitarán dicho trato, por eso es debido inculcar buenos tratos al material.
Cada narrador tiene sus propias técnicas de contar cuentos, sentado y tranquilo de ese modo les transmites tu propia tranquilidad, otros con o sin libro, disfrazados o vestidos enteros de negro…
«El álbum ilustrado es el primer museo al que se acerca un niño», Kveta Pacovska
Una de las técnicas más visuales que podemos utilizar es formar con el propio cuento diferentes formas como por ejemplo el tejado de una casa, la boca de un cocodrilo o simplemente abrir y cerrar una puerta.
Bajo nuestro punto de vista, durante toda la visita aprendimos diversas técnicas y sobre todo nos dimos cuenta de la diversidad tan amplía que hay en este ámbito. Fue una suerte asistir y también conocer a Demetrio Aldeguer del cual aprendimos mucho.