La Escuela Profesional Don Bosco celebra la Pascua

Es una mañana de círculos concéntricos, una Escuela Profesional que reúne a sus primeros de Infantil, TAFAD e Integración Social, como en un abrazo; tres enfoques, tres abordajes de un mismo sueño articulado alrededor de la persona, del otro, de la entrega.

Tres formatos de un mismo sueño al abrigo, en el centro del corazón, de don Bosco, de su Escuela hoy. Por eso la convocatoria es de vida, de juventud, de alegría; una mañana salesiana por las entrañas primigenias de un Madrid celebrando la Vida que viene a nuestro encuentro en el siglo XXI, la misma Vida que celebraba con Rúa y Cagliero don Bosco en Turín en el siglo XIX, la misma Vida que aprendió a celebrar de mamá Margarita.

La Escuela Profesional Don Bosco está llena de vida. Y la vida hay que celebrarla. Por eso esta mañana de alegría, de compartir todos juntos, de soñar en pie el futuro de un mundo mejor.

La Escuela Profesional Don Bosco celebra la Pascua

Y hemos dado el pistoletazo de salida en el seno de otro gran círculo concéntrico, en el corazón de Madrid, desde donde surgió la ciudad, aquella atalaya árabe de Magerit, en cuyas murallas esperaba escondida la Almudaina, la virgen de la Almudena, la catedral de la ciudad, el centro alrededor del cual crece y crece Madrid.

Dos esferas, la humana y la urbana, convergieron en la mañana del 28 de abril, reunidas con energía en una sola: vida, vida celebrada, vida vivida intensamente, vida compartida. Es una mañana de alegría sobre el desánimo, de esperanza frente al cansancio, de promesa sobre el desengaño, en definitiva, de Vida sobre la muerte, la alegría cristiana de la promesa de Vida encarnada en cada una de las sonrisas, de las carcajadas, de las miradas, de los ojos que nos buscábamos continuamente, de las bromas, de los guiños matritenses que paladeábamos en cada rincón, en cada plazuela,… Definitivamente, la Escuela Profesional Don Bosco está llena de vida, vida celebrada, joven, ilusionada.

Y si alguno, en estas líneas, encuentra la palabra tabú de nuestro juego matutino, que me alcance rápidamente el tapón del bolígrafo, y me mande bailar en esta fiesta.